PRESENTACIÓN DEL LIBRO SOBRE
EMILIO FERMIN MIGNONE
UNIPE, editorial de la
Universidad Pedagógica
Sala de la Organización de
Estados Iberoamericanos, 3 de noviembre de 2016
Estamos honrados Cayetano De
Lella y yo, de presentar este libro que al mismo tiempo es un homenaje a Emilio
Fermín Mignone y una recuperación de los pensamientos que el autor elaboró a lo
largo de su vida sobre las políticas educativas.
Emilio Mignone fue Director
de Educación en la Provincia de Buenos Aires, consultor de la OEA,
Subsecretario de Educación de la Nación, Rector de la Universidad Nacional de
Luján, Presidente de la CONEAU, miembro de la Academia de Educación. Además de
estas funciones institucionales Mignone desarrolló acciones e ideas sobre las políticas educativas.
Diseñó el primer estatuto del Docente del país en 1949, elaboró pautas para el
planeamiento universitario, preparó la creación de la Universidad Nacional de
Luján, participó en la organización de la Comisión Nacional de Evaluación y
Acreditación Universitaria, redactó manuales y materiales para la formación
ciudadana en las escuelas secundarias, hizo aportes para mejorar la legislación
universitaria, realizó estudios sobre la evolución del sistema educativo argentino,
propuso reformas en la organización universitaria.
Por supuesto, no dejamos de
lado la importante actuación que tuvo durante la dictadura militar 1976 – 83 al
crear el Centro de Estudios Legales y Sociales con el fin de defender los
derechos humanos. Miles de personas fueron asistidas por el CELS en distintas
instancias legales, personales e institucionales. Y no olvidamos tampoco que
esta experiencia lo llevó a proponer iniciativas para la enseñanza de los derechos
humanos. Mignone asumió que la lucha por
los derechos humanos había transformado el discurso de la política en Argentina
y que a partir de allí esperaba que la convivencia pluralista, el Estado de
Derecho y la vigencia de los derechos individuales y sociales fueran ejes
centrales de la democratización que comenzó con el Gobierno de Alfonsín en
diciembre de 1983.
En nuestro análisis de los
escritos y discursos de Emilio Mignone hemos tratado de identificar sus
principales ideas sobre las políticas educativas.
1.
En primer lugar, la conciencia de la
continuidad histórica de las políticas educativas argentina desde fines del
siglo XIX hasta la fecha en cuanto a la progresiva universalización del acceso
a la educación pública en todos los niveles. Esto surgió de su estudio sobre la
historia de la educación argentina que transmitió en varios escritos. Según
esta perspectiva mantuvo como constante de todos los gobiernos desde fines del
siglo XIX la búsqueda de la universalización del acceso a la educación. Tanto
los liberales que impusieron la Ley 1420 de la enseñanza básica, pública,
obligatoria y gratuita desde 1870, como los conservadores, radicales y
peronistas, y aún los gobiernos militares mantuvieron un modelo de acceso
general a la educación a través de la intervención del Estado y con el complemento
de la enseñanza privada.
2.
Para Emilio Mignone la responsabilidad
principal para llevar a todos la cobertura educativa era ante todo del Estado
pero también defendió la complementariedad de la educación privada. Desde
siempre sostuvo que la educación era una función pública, cualquiera fuera la
fuente de financiamiento. Y también defendió la pluralidad de los agentes
educativos: el Estado, la familia, las iglesias, las organizaciones no
gubernamentales. Ahora que entramos en la era de un sistema educativo global,
virtual, gratuito y multicultural,
podemos comprender que Mignone se ubicaba en el curso de la historia
reconociendo la pluralidad de agentes educativos y la transnacionalización de
los intercambios culturales.
3.
Si bien Mignone defendió la pluralidad de los
agentes educativos siempre sostuvo la necesidad de que existiera una
planificación coordinada por el Estado. En este sentido criticó la atomización
institucional y también la tentación de regular las ofertas educativas por el
mercado. En la CONEAU encontró un mecanismo que permitía sostener ciertos
criterios de calidad para el conjunto de
las universidades al mismo tiempo que se reconocía la autonomía de las mismas.
4.
La formación del ciudadano, lo que en el
mundo griego se conocía como la Paideia, la transmisión de valores colectivos y
el conocimiento de las realidades nacionales, fueron tema de preocupación de
Emilio Mignone a través de textos que diseñó para las escuelas secundarias, a
través de discursos y de criterios curriculares que vehiculizó a través de la
CONEAU y otros organismos. La educación para los derechos humanos lo tuvo entre
sus iniciadores.
5.
Una preocupación que siempre lo acompañó fue
la necesidad de fortalecer el Estado y en particular el sistema educativo
nacional. Siempre fue consciente de las fragilidades que sufren las
instituciones públicas tanto en su organización como en los valores que
presiden la gestión pública.
De
todas estas características uno puede deducir que Mignone pensó y actuó como un
Estadista, como alguien preocupado por el bien público, por la gestión del
Estado, por los valores de la sociedad. En este sentido podemos considerar que
Emilio Mignone fue un educador público. Por eso ocupó un sitial en la Academia
Nacional de Educación. Tampoco podemos dejar de olvidar que tuvo profundas
convicciones católicas y que las mismas lo llevaron inclusive a criticar la
actuación de la Iglesia durante la Dictadura Militar.
Su actuación a partir de la Dictadura
Militar 1976 – 1983 lo convirtió de hecho en el principal defensor de los
derechos humanos al crear el Centro de Estudios Legales y Sociales que buscó
proteger jurídicamente a las personas y preparar los antecedentes para juzgar a
los responsables de crímenes contra la humanidad. En mérito a sus actuaciones
recibió premios y reconocimientos de organizaciones internacionales, religiosas
y laicas.
Los
materiales que hemos seleccionado recogen el pensamiento de Mignone sobre la
educación en diversos momentos de su vida. Sus aportes lo hacen merecedor de
ocupar un lugar relevante en el panteón de los grandes educadores del país.
Asimismo,
su testimonio personal, su honestidad, su compromiso con valores trascendentes
de la sociedad, lo convierten en un referente moral para todos los que piensan
que luchar por el bien común constituye una misión, un destino personal y
colectivo.
Al editar este libro la Universidad
Pedagógica no solo completa su colección de educadores ilustres de la Argentina
sino que también rinde homenaje a una personalidad que puso sus convicciones
personales y sus energías en la búsqueda de una educación pública igualitaria,
eficiente y fundada en valores universales.
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